La Parroquia de la Encarnación de Íllora, se prepara ya, para celebrar la festividad del Santo Padre Pío.
Franciscano Capuchino como el Beato Fray Leopoldo, el Padre Pío, sin salir de su convento de San Giovanni Rotondo, es conocido en el mundo entero, por su intercesión ante el Señor, obteniendo grandes gracias, que asombran a propios y extraños. Ya a las puertas de su muerte, afirmó que haría más ruido muerto que vivo. En vida, pasaba horas y más horas, atendiendo en confesión, a personas que acudían a su convento de los más diversos lugares del mundo...y sabiendo sólo hablar la lengua materna, la italiana, todos escuchaban sus consejos en su propia lengua, y él, entendía a todos también en su propia lengua.
Durante más de cincuenta años, en su cuerpo, llevó las marcas de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, experimentando situaciones, inexplicables para la ciencia.
Su amor a la Virgen, era total...rezaba al día infinidad de rosarios, y todo en su vida, lo ofrecía por la Iglesia, por el Papa, por su orden franciscana.
Sufrió persecución, como otros muchos Santos, pero desde una obediencia total a la Iglesia, lo aceptaba todo, con la confianza de saber, que estaba en las manos de Dios, y en seno materno de la Iglesia.
Los hechos extraordinarios en su vida, y después de su vida, son tan innumerables, que el día de su canonización en Roma, se sobrepasaron todas las previsiones, y es de las canonizaciones más concurridas en la historia de la Iglesia.
Venerado en el mundo entero, a él acuden, en busca de ayuda, el pobre y el rico, la persona con más fe, como la que menos....y todos experimentan la providencia de Dios, en la intercesión del Padre Pío.
Su fiesta se celebra, el 23 de Septiembre.
En la Parroquia de Íllora, en Granada, España, los días 23, 24 y 25 de Septiembre, celebraremos un Triduo en su honor.
A las 7 y media de la tarde, adoraremos al Santísimo Sacramento.
A las 8 de la tarde, celebraremos la Eucaristía.
Cada día del Triduo, se repartirá estampas y recuerdos con la imagen del Padre Pío.
Santo Padre Pío, ruega por nosotros!
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