El pasado Sábado, 19 de Enero, las fuerzas de la naturaleza se unieron, para ofrecernos un espectáculo sin igual... hacía un frío muy intenso, una lluvia que a veces se convertía en hielo, y un viento que se llevó tejas, tiró persianas, arrancó cortinas de las puertas, tiró algún muro de casas ya muy deterioradas, y en complicidad con la red eléctrica, que batió su propio récord de cortes de luz, de ídas y venidas, no dejó un sábado de miedo.
Y lo que era de esperar sucedió. La veleta de la Torre, que ya presentaba ruina, se arruinó aún más...
"Lo que el viento se llevó"
Aquella mañana de Sábado, nos reuníamos un grupo de personas en la Iglesia, para quitar el Belén, y guardarlo todo. Los primeros en llegar vimos sorprendidos, cómo habían caído de la Torre, fragmentos de la base de la Veleta, de un considerable tamaño, llegando incluso a la fachada de las casas que están en frente de la Torre.
Lo primero que pensamos fué que los coches estarían afectados, ya que aunque hay vallas para que no aparquen, se sigue aparcando, especialmente los vecinos que viven junto a la Iglesia.
Pero gracias a Dios, ni los coches, ni ninguna persona, ha sufrido percance alguno...
Luego pensándolo bien, te das cuenta, que ya han sido varias las veces que se han desprendido elementos de la Torre, de la Iglesia, que podían haber provocado una tragedia, y que por el momento no ha sido asi... y esperemos que siga siendo así... porque el día que menos lo pensemos... con las vueltas que se le está dando a la restauración... nos lamentaremos, cuando ya sea inevitable la situación...
Fueron unos momentos, de rabia por tanto corte, ída y venida, que lo íba a destrozar todo, pero luego, lo vivimos intensamente, aprovechando la intimidad del momento, para sentir aún más cerca de nosotros, la presencia de Dios.
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