Nunca hubiéramos imaginado, que en este año, estaríamos todos compartiendo las circunstancias que nos rodean y en las que estamos inmersos.
La Semana Santa, la celebración de la Pascua, este año va a tener más sentido e intensidad que nunca, y vamos todos a llenar de vida, esa expresión que muchas veces hemos repetido, que cada hogar debe ser Iglesia Doméstica.
Tenemos muchos medios a nuestro alcance, radio, televisión, internet, que nos ofrecen la posibilidad de seguir la liturgia de estos días.
Porque todos tenemos una gran responsabilidad: permanecer en nuestros hogares, para no contagiarnos ni contagiar a nadie.
Somos una gran familia, y nos debemos de preocupar los unos por los otros.
Y esa preocupación debe comenzar por esa responsabilidad: quedarse en casa.
La oración por todos no faltará en nuestro
Templo...unida a la oración que cada uno desde nuestro hogar elevamos a Dios.
Vivamos intensamente cada día que nos acerca más a la Pascua...porque Jesús sigue muriendo, resucitando por cada uno de nosotros para llenarnos de vida, y vida plena.
Vivamos la Pascua, desde la oración, la solidaridad, la verdadera fraternidad.
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