El DOMUND es una ocasión para contemplar la misión de la Iglesia como familia de quienes se reconocen hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. Su celebración es cada año una nueva oportunidad para observar desde la perspectiva divina la humanidad como aquella mies que, según Jesús hizo ver a sus discípulos, está pronta para la siega; y que, a la vez, le oigamos advertir que esta mies es abundante, pero los obreros pocos. Ante este dilema, Él propone la respuesta: “Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío...” (Lc 10,2-3). Palabras imperativas para la oración y para la disponibilidad, que hace suyas el papa Francisco, a través la referencia a una Iglesia “en salida”. Es, por tanto, una nueva ocasión para implicarnos en el compromiso evangelizador de la Iglesia.
Cada año, miles de personas anónimas, comunidades, parroquias y centros educativos, residencias de mayores, hermandades y cofradías, instituciones civiles y privadas colaboran ayudando a los miles de misioneros españoles repartidos por el mundo. Como en una familia, cada uno aporta lo que tenga y quiera dar, y los responsables se encargan de distribuir según las necesidades. Así funcionan los Fondos Universales de Solidaridad que gestionan los Secretariados Generales de las OMP. Estas ayudas no se circunscriben a los aspectos materiales y económicos, sino que todo está dinamizado por la caridad evangélica, que favorece la fraternidad y la solidaridad como partes connaturales de la tarea misionera.
Del amor al hermano, en el cual el cristiano contempla el rostro de Dios,brota la fuerza de la misión de la Iglesia. Este amor conlleva salir de uno mismo para situarse en la vida del otro; en concreto, en el hermano misionero que ha pasado a la otra orilla para entregarse a los demás. Jornada del DOMUND, días en los que vivir con intensidad la oración y el sacrificio para sostener las manos generosas y los corazones ardientes de los misioneros que están en primera línea. Después, solo después, viene la ayuda económica por medio dedonativos para el Domund.
"Renace la alegría"
LA ALEGRÍA > Los misioneros, llenos de alegría, comparten con los más pobres su experiencia de encuentro con Cristo. Los que reciben este anuncio y abren su corazón a él, también acogen con alegría la Buena Noticia de la salvación. Francisco nos dice cuál es el origen de esta gran alegría: “El amor con el que el Padre ama al Hijo llega hasta nosotros y, por obra del Espíritu Santo, nos envuelve”; y además, nos invita a participar en ella: “¿Por qué no entramos también nosotros en este río de alegría?”.
Cartel DOMUND 2014
Junto al lema, la palabra “DOMUND” evoca por sí sola la vida de entrega de los misioneros y nuestro deseo de ayudarles en su tarea. Y sobre un fondo morado, algunos signos evocan aspectos de la actividad misionera de la Iglesia. Facilitar la cooperación con esa labor es el objetivo de las Obras Misionales Pontificias.
La sonrisa de unos jóvenes de diferentes razas sirve para expresar la alegría que brota del corazón. Sus miradas y sus manos entrelazadas reflejan que esa alegría nace de un corazón limpio y una fraternidad profunda. Es la fuerza contagiosa del amor, que descubren a cada paso quienes viven la experiencia de la misión.
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